miércoles, marzo 25, 2009

LOS CELOS



Los celos se producen cuando no sentimos en desventaja, real o imaginaria, y se inician en un momento de necesidad afectiva. Se describen de diversas maneras: como frustración de amor, como rivalidad fraterna, como envidia entre hermanos, como ambivalencia afectiva y, sobre todo, como conflicto afectivo propio de las edades egocéntricas. En realidad, el sentimiento de celos es el miedo a perder el afecto del otro y representa un conflicto; es la interferencia de un tercero en la relación.
Los celos son normales y representan una sana señal de desarrollo y de capacidad de relación. La rivalidad entre hermanos ayuda a superar el egocentrismo infantil, permite desarrollar recursos internos de superación, es una experiencia de relación con otras personas que luego debe trasladarse al mundo social.
Sería deseable favorecer el desarrollo de la individualidad de cada hijo/a.

¿Cómo sabemos que los hijos están celosos? ¿Qué hacen cuando sienten celos?:

- Se muestran desproporcionadamente enfadados
- Duermen mal
- Presentan conductas disruptivas para llamar la atención
- Aumentan su agresividad: muerden, pegan...
- Manifiestan comportamientos regresivos: vuelve al chupete, a los pañales, a la comida triturada…

En definitiva, llamando desmesuradamente la atención de los padres y aumentando la dependencia, tal vez para comprobar el grado de afecto que éstos sienten por ellos.

Actitudes de los padres para prevenir y resolver los celos:

+ Comprobar si se está fomentando un exceso de rivalidad con comparaciones, trato desigual, resalta conductas negativas y fijarse poco en las positivas
+ Ambiente familiar agradable y tranquilo, lejos de la discordia y con grandes dosis de paciencia y tolerancia
+ Aumentar la atención individualizada sin perder el ritmo de relaciones y actividades
+ Autoridad en la familia que por una parte proteja, oriente, ayude y estimule, y por otra parte que exija límites claros y adecuados

Pautas de intervención:

· Evitar, en la medida de lo posible, gritos, descalificaciones, atenciones y dedicaciones excesivas, privilegios a uno frente a otro, comparaciones, competitividad, tratos irrespetuosos ante conductas inadecuadas, atenciones y recompensas al “chivato”…
· Favorecer la cooperación
· Tratar con afecto y atención frecuentes a tus hijos para que perciban que son queridos
· Favorecer el juego con ellos
· Educarles en el control de sus emociones: aprender a soportar pequeñas frustraciones, alegrarse del éxito de los demás, responder con tranquilidad ante situaciones adversas, enseñarles a aceptar sus limitaciones y dificultades con optimismo
· Respetar el juego e intimidad de cada hijo/a
· Darles seguridad con límites claros, adecuados y coherentes
· Estimular expresiones positivas ante el acercamiento al otro
· Involucrarle en las tareas de cuidado, higiene, alimentación, etc., del hermanito
· Dar afecto sin distinción de edad
· Valorarles delante de otros adultos, tratando de omitir todo comentario negativo


Los celos forman parte del proceso de maduración y adaptación en el desarrollo normal del niño/a. Si los padres transmiten seguridad y afecto, los celos irán dando paso a una relación amistosa entre hermanos.
Compartir es posible y nos hace disfrutar más de la vida.

El amor compartido no significa menos amor.

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